Marco Verde gana plata en boxeo olímpico tras 40 años sin final
Armando Nevárez Acuña
Marco Verde ha devuelto la ilusión al boxeo olímpico mexicano al obtener una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024. Han pasado 40 años desde que un peleador mexicano disputó una final olímpica, y ayer, en el icónico escenario de Roland Garros, “El Green”, como es conocido en su barrio de La Montuosa, en Mazatlán, logró subir al podio en la categoría de 71 kilogramos.
El enfrentamiento fue intenso. Marco Verde, con la voluntad de ganar y el peso de las expectativas de todo un país, se midió ante el uzbeko Asadkhuja Muydinkhujuaev, un boxeador que representa a una nación con una fuerte tradición en el boxeo. La experiencia del peleador uzbeko se hizo evidente en el cuadrilátero, llevándose la victoria por decisión unánime de 5-0. Sin embargo, la plata obtenida por Verde reavivó la llama de esperanza en un país que considera al boxeo uno de sus deportes más exitosos.
La última vez que un mexicano estuvo tan cerca del oro en boxeo olímpico fue en 1984, cuando Héctor López se quedó con la medalla de plata en Los Ángeles. Desde entonces, México sólo había logrado tres medallas de bronce en este deporte: en Seúl 1988, Sídney 2000 y Río 2016. A pesar de estos modestos logros, la plata de Marco Verde ha sido un recordatorio del potencial que el país aún tiene en esta disciplina.
La trayectoria de Marco Verde tiene un fuerte componente familiar. Es hijo de un boxeador olímpico que compitió en Barcelona 1992 sin obtener medalla, lo que añadió una motivación extra al joven mazatleco en la final de París. Sabía que no solo tenía a todo un país detrás de él, sino también una deuda personal por saldar.
La pelea, que captó la atención de millones en México, fue inaugurada con tres golpes de báculo dados por Gennady Golovkin, conocido en el país por sus combates contra Saúl “Canelo” Álvarez. Al final, la ceremonia de premiación estuvo a cargo de la leyenda del fútbol Zinedine Zidane, quien entregó las medallas a ambos boxeadores.
Esta medalla de plata representa más que un logro personal para Marco Verde; es un símbolo de esperanza para el boxeo olímpico mexicano, que no ha ganado un oro desde 1968, cuando Ricardo Delgado y Antonio Roldán subieron a lo más alto del podio. Con su desempeño, Verde ha demostrado que el boxeo tricolor sigue siendo un contendiente en el escenario mundial.