Familia en NCG acusa a policías de SSPE de ingresar sin orden y robar
Armando Nevárez Acuña
En Nuevo Casas Grandes, se ha presentado una grave denuncia contra elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), quienes presuntamente ingresaron a una vivienda sin orden de cateo, golpearon a los detenidos y robaron varios artículos. Los afectados han acudido a la Fiscalía General del Estado para interponer la denuncia, pero se les informó que no se puede investigar a los propios compañeros de la SSPE.
Ruth Abigail A. R., hija y hermana de dos de los tres detenidos, expresó que las acusaciones hechas por las autoridades de la SSPE son falsas y perjudican a su familia. Entre estas acusaciones se menciona la participación de su madre y hermano en un secuestro, lo cual, según ella, nunca ocurrió.
Relato de los hechos
El incidente ocurrió a la 1 de la tarde, cuando Ángel R. P., hermano de Ruth, y su amigo menor de edad, llegaron a su casa, donde viven María R. P. (madre de Ángel y Ruth) y Ruth. Las autoridades encargadas de la persecución ingresaron al domicilio sin ninguna orden, empujando a María R. P. para entrar con violencia, humillando y golpeando a los tres presentes.
Ruth señaló que no le permitieron hablar con los detenidos ni acercarse a ellos, mientras los policías repetían que merecían el trato recibido y que no les importaban los derechos de los arrestados. Además, la acusaron falsamente de esconder algo en su cuerpo.
Durante el arresto, las autoridades rompieron y robaron varios artículos personales, incluyendo medicamentos para el cáncer de su madre, dinero para la colegiatura universitaria de Ruth, identificaciones oficiales, una laptop, joyería, un Nintendo 3DS XL, y un iPhone 11. También rompieron la puerta trasera de la casa, un teléfono Xiaomi Note 11, una tableta de dibujo y puertas de la alacena, tiraron comida y dejaron la casa sin luz, lo que causó la pérdida de alimentos.
Denuncia y respuesta de la Fiscalía
Después del incidente, los afectados estuvieron siete horas en la Fiscalía para intentar recuperar sus pertenencias. Solo les devolvieron el teléfono de María R. P., el de Ruth y la identificación oficial de Ángel R. P. Cuando intentaron denunciar a las autoridades, les informaron que debían acudir en distintos horarios y lugares, y finalmente les dijeron que no podían investigar a sus propios compañeros.
Ruth expresó su frustración: “Se supone que las autoridades están para brindarnos cuidado y protección, ¿pero qué se supone que hagamos cuando las autoridades son las que arremeten contra los civiles inocentes?”