Vaticano y eventos sobrenaturales: Nuevas directrices en la era digital
Armando Nevárez Acuña
En la era digital, el Vaticano ha fortalecido sus normas sobre reclamos sobrenaturales, marcando un cambio significativo en cómo la Iglesia Católica Romana maneja fenómenos inexplicables. Ahora, solo el Vaticano tiene la autoridad para declarar eventos como llorar de estatuas de la Virgen María como “sobrenaturales“. Esta medida, respaldada por el Papa Francisco, refleja un esfuerzo por combatir fraudes y fantasías, y por guiar a los 1.4 mil millones de católicos en cómo interpretar el aspecto místico de su fe en la era digital, impulsada por la Inteligencia Artificial.
“La iglesia rechaza el misticismo falso”, afirmó el Cardenal Víctor Manuel Fernández, líder del poderoso Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano, que emitió las nuevas directrices. Estas son las primeras modificaciones significativas desde 1978, destinadas a asegurar que las experiencias religiosas no sean aprovechadas por estafadores o ilusionistas en busca de fama.
Estos cambios tendrán un impacto global en una fe que se fundamenta, en parte, en la creencia en eventos milagrosos. Experiencias sobrenaturales, como lágrimas de sangre que emanan de estatuas, apariciones esotéricas y marcas estigmáticas que recuerdan la crucifixión, han sido pilares para algunos fieles católicos, especialmente en Europa del Sur, Europa del Este y América Latina. Además, el reconocimiento de tales eventos puede ser un camino hacia la santidad, lo cual los convierte en tentaciones para buscadores de fama y engañadores.
Anteriormente, los obispos tenían la autoridad para determinar la validez de dichas apariciones, un proceso que podía llevar décadas. Sin embargo, en la era actual, las afirmaciones salvajes de experiencias místicas se difunden más rápido y a mayor escala gracias a la tecnología.
“Creo que se dieron cuenta de cómo la revolución de internet ha transformado el catolicismo”, comentó Massimo Faggioli, teólogo católico de la Universidad de Villanova. “Antes, alguien podía decir ‘vi a la Virgen’, luego llegaba el periódico local, luego el nacional, y tal vez uno internacional. Ahora, cualquiera con un teléfono móvil puede causar sensación”.
Estas nuevas directrices del Vaticano buscan equilibrar la veneración legítima de lo sobrenatural con la necesidad de discernimiento crítico en un mundo interconectado digitalmente. La Iglesia católica enfrenta el desafío de preservar la autenticidad de su doctrina frente a la era de la información instantánea y la expansión global de las comunicaciones.