El actual orden mundial, cerca del colapso: ‘The Economist’
Armando Nevárez Acuña
La prestigiosa revista inglesa The Economist ha lanzado una advertencia contundente: el orden que ha regido la economía mundial desde la Segunda Guerra Mundial se encuentra en una situación crítica y al borde del colapso. Según este medio, diversos factores desencadenantes podrían llevar a un descenso hacia la anarquía, donde la guerra podría convertirse nuevamente en el recurso utilizado por las grandes potencias. En un reporte especial titulado El orden liberal internacional está cayendo lentamente, la revista asegura que “la desintegración del antiguo orden es visible en todas partes“.
A juicio de The Economist, las instituciones que han conducido la globalización están perdiendo rápidamente su credibilidad, mientras que la economía mundial ya no puede depender únicamente de Estados Unidos. Aunque a primera vista la economía mundial parece resistente, con Estados Unidos experimentando un auge a pesar de la guerra comercial con China y Alemania resistiendo la pérdida del suministro de gas ruso, entre otros aspectos, el análisis más profundo revela una fragilidad preocupante.
El orden que ha regido la economía global desde la Segunda Guerra Mundial está al borde del colapso. Las sanciones se utilizan cuatro veces más que durante el decenio de 1990; Estados Unidos ha impuesto recientemente sanciones ‘secundarias’ a las entidades que apoyan a los ejércitos de Rusia. Está en marcha una guerra de subsidios, a medida que los países buscan copiar el vasto respaldo estatal de China y Estados Unidos a la manufactura verde. Aunque el dólar sigue siendo dominante y las economías emergentes son más resilientes, los flujos globales de capital empiezan a fragmentarse.
Uno de los puntos críticos que señala The Economist es el deterioro de los organismos internacionales que han impuesto las reglas durante las últimas décadas. La Organización Mundial de Comercio, con casi tres décadas de existencia, ha estado estancada debido a la negligencia estadounidense, mientras que el Fondo Monetario Internacional enfrenta una crisis de identidad entre promover una agenda verde y garantizar la estabilidad financiera. Además, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está paralizado y los tribunales supranacionales, como la Corte Internacional de Justicia, están siendo utilizados cada vez más como armas por partes en conflicto.
The Economist advierte que, aunque hasta ahora la fragmentación y la decadencia han creado un impuesto sigiloso a la economía global, la historia muestra que son posibles colapsos más profundos y caóticos, que pueden ocurrir repentinamente una vez que comienza el declive. Se comparan situaciones históricas como la Primera Guerra Mundial, que acabó con una era dorada de la globalización, y eventos posteriores como la crisis financiera de la década de 1930 y la suspensión del patrón oro por parte de Estados Unidos en la década de 1970.
The Economist destaca que, si bien es común criticar la globalización desenfrenada por sus impactos negativos, como la desigualdad y el deterioro del clima, las décadas de 1990 y 2000 fueron testigos de un crecimiento sin precedentes y una reducción significativa de la pobreza en países como China. Sin embargo, el sistema establecido después de la Segunda Guerra Mundial, aunque trajo beneficios a nivel global, enfrenta ahora desafíos serios que podrían llevar a una crisis aún mayor.
En conclusión, la advertencia de The Economist es clara: el orden mundial tal como lo conocemos está en peligro, y es necesario tomar medidas urgentes para abordar los desafíos actuales y mantener la estabilidad económica y política a nivel global.